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Water Resist

Biografía

Montaña Sebastián

  Hola soy Seba. Les contaré mi historia acuática brevemente. Al ponerme a pensar en ello, lo que me viene a la mente desde chico, fue uno de los recuerdos que me puso en contacto con el agua. Tenía unos 5 años, en casa de mi tío en La Rioja, había una linda y gran pileta, estábamos festejando el cumpleaños de mi primo. Él se fue con sus amigos a refrescarse, yo andaba por la orilla (no me metía porque la veía muy grande) Esto es tener en cuenta la percepción de la profundidad. No sé que estaba haciendo, pero en tres segundos me resbalé, caí de costado con el cuerpo y ya estaba llegando al fondo de lo que parecía una piscina olímpica. Sucede que mi flotabilidad a sido negativa, desde que recuerdo hasta ahora. Cuando tragué un poco de agua me contuve y traté de llegar a la superficie, pero no podía; escuchaba gritos que parecían apagarse viniendo de afuera y sentía que me estaba quedando dormido, aunque estaba consiente. La acomodación corporal que debía experimentar, nunca surgió, quedé paralizado. De repente mi primo me toma del brazo y me lleva arriba; cuando quedo acostado empiezo a tirar el agua tragada. No sé si les habrá pasado algo parecido, pero es una sensación horrible, y es un buen ejercicio para probar la resistencia, aunque no la practicaría con mis alumnos (Ja).  Después, aquí en Rivadavia, he estado yendo en escuela de verano en años consecutivos durante la primaria y le he tenido un poco de horror a lo profundo, lo confieso (para solucionar esto, en esos días en que la pileta no estaba llena de personas, me dispuse a probar en esa parte que no me sentía tan cómodo; ahora que me doy cuenta, a través de cada temporada, me favoreció, al menos vencer el miedo a la profundidad y tuve que valerme de la flotabilidad producida, de esta manera quedaba arriba). Para 7º grado hicimos el viaje de egresados a una Colonia de Verano en Ezeiza, Bs. As. , los encargados nos dieron la oportunidad de ir a la playa de Chaparmalar y conocí por primera ves el mar; fue espectacular, llegar ahí, ver el amanecer, entrar y conocer un color de azul profundo, la potencia de las olas ¡y un olor a pescado! (estabamos pegados al muelle), pero de todas formas fue algo muy especial.  Luego de unos años, cuando decidí estudiar Educación Física, al inscribirme me dieron el cuadernillo de ingreso, en el que había unas pruebas de ejercicios acuáticos, así fue que en pileta de una profesora pudieron pulir varias acciones que no conocía, algunas cuestiones técnicas, conciencia respiratoria, posturas corporales, etc.   To be Continued

1 comentario

prof. Bibiana -

Bueno!!!
aunque sio dudando de tu flotabilidad negativa, creo que deberíamos ponernos a probar cuando vuelvan las clases en agua.
Revisa la ortografía y let´s continue the story